5 animales que no tienen la sangre roja
Ay, la sangre azul… Ese fluido por la que tanta sangre plebeya se ha derramado en tantas otras batallas de incontables guerras. Por honor, por religión, por tierra… Vaya, que en realidad todas eran por dinero. También por poder, ¿pero quién quiere poder si no va acompañado de dinero? Pues bien, en este post no hablaremos de historia ni de macroeconomía, tampoco de reyes, pero sí de sangre azul.
Y es que la imagen vampírica de barbillas teñidas de rojo intenso cambiaría mucho si, en lugar de humanos, mordieran a alguna otra especie animal. Porque no, no todos los animales tienen sangre roja como nos podríamos imaginar, sino que la variedad de colores es bastante más extensa. Vayamos a repasar cinco de estos animales que se salen de lo común.
Los pulpos (Pues sí, otra vez el fascinante mundo de los pulpos)
Los pulpos tienen la sangre de un tono azulado-verdoso. Eso es porque su sangre contiene hemocianina y no hemoglobina como encargada de transportar el oxígeno. ¿Qué cambia? Pues que, en lugar de átomos de hierro, que dan el tono rojo, tiene átomos de cobre, que cambia la sangre de color. ¡Y no es la única curiosidad de este extraño cefalópodo!
El Cangrejo de Herradura
También tiene sangre azul. Se cree que la hemocianina, en su caso, les ayuda a defenderse de las infecciones. Es una especie que data de hace 450 millones de años y sigue viva en la actualidad casi sin evolucionar, por lo que creo que la técnica le funciona bastante bien.
Los Lagartos de Nueva Guinea
Este saurio tiene la sangre de color verde brillante. Se cree que es debido a la bilis, pero se desconoce a qué tipo de adaptación evolutiva corresponde.
Los Dracos
Los dracos, también llamados peces de hielo, poseen una sangre completamente transparente. Eso es debido a que no tienen glóbulos rojos. Los científicos han argumentado que tal vez tenga algo que ver con el frío que hace en las aguas en las que habitan (zonas antárticas), pero tampoco están muy convencidos de lo que dicen…
Los Branquiópodos
En su caso, la sangre es de color violeta o tirando a rosácea. Esto es debido a que no utilizan ni hemoglobina ni hemocianina, sino hemeritrina, que es una molécula incolora que se vuelve violeta cuando se oxigena.
Estos solo son algunos de los animales que no tienen la sangre del mismo color que nosotros. Hay varias teorías para explicar estas diferencias evolutivas, aunque no sepamos porque se dice que la sangre de los reyes es como la de los pulpos… ¿Quizás porque sus tentáculos llegan a todos los rincones? Mejor dejamos el tema (para ahorrarnos querellas) y acabemos con una última curiosidad: si te miras las muñecas (uy, nunca lo habías hecho, ¿verdad?) verás que tus venas son azules… ¡Pues no! En realidad, son rojas, lo que pasa es que la luz azul y la roja tiene diferentes longitudes de onda (ya hablaremos de este tema de la luz y los colores otro día), y la única que consigue traspasar nuestra piel es la roja, con que la que se refleja y llega a nuestros ojos es la luz azul. Eso solo pasa en venas que están a un máximo de 0.5 milímetros por debajo de la epidermis.