Maite Mompó
Licenciada en Derecho y Diplomada Especializada en Ética Ecológica, Sostenibilidad y Educación Ambiental. Actualmente es directora de la campaña Stop Ecocidio en España y coordinadora para las Américas.
¿Qué es lo que más le preocupa hoy?
La destrucción de la vida en la Tierra a escala global sigue sucediendo y es vital pararla, porque es el origen de las crisis climática y de biodiversidad en las que estamos inmersos. Por increíble que parezca, no existe ninguna ley a nivel internacional que proteja las bases de la vida y, si no tenemos una ley que actúe de barrera ante la destrucción, no podremos conseguir pararla. Actualmente, rige la impunidad ante este crimen que ya tiene un nombre: ecocidio.
¿Qué se puede hacer para solucionarlo?
Creo que no hay nada más importante en estos momentos que conseguir criminalizar el ecocidio en la Corte Penal Internacional, y así tener el referente ético y legal que penalice la destrucción de ecosistemas y que evite continuar con esta destrucción. Sería una herramienta muy útil, puesto que terminaría con esta impunidad que hoy reina e implicaría un cambio de paradigma jurídico-social. Además, proporcionaría un apoyo fundamental a todas las campañas de protección medioambiental y de derechos de los pueblos originarios a nivel mundial. También animamos a las organizaciones y empresas a sumarse al manifiesto que hemos creado para solicitar al gobierno español que apoye públicamente la criminalización del ecocidio, y animamos a todas las personas a que, de forma individual, se sumen también firmando nuestra petición internacional y que se hagan Protectoras de la Tierra, que implica una mayor vinculación con esta causa y además tiene un peso legal (se suscribe un documento que puede ser utilizado en la defensa de activistas).
¿Qué se está haciendo bien?
Por un lado, resulta esperanzador que, en los últimos años, un montón de jóvenes en todo el mundo se hayan unido con tanta fuerza para la defensa de la vida en movimientos como Fridays For Future o Extinction Rebellion. Estamos aún a tiempo de cambiar el rumbo de la humanidad e ir hacia aguas seguras para el mantenimiento de la vida, y es ahora cuando hay que hacerlo. Ya no es éticamente justificable la destrucción de ecosistemas.
Por otro lado, se están introduciendo leyes de protección medioambiental en muchos lugares del planeta, tanto concediendo derechos a la naturaleza (tenemos el caso del Mar Menor en España que está en proceso) y reconociendo estos derechos en los marcos legales fundamentales (en las constituciones de Ecuador y Bolivia, por ejemplo), como introduciendo el ecocidio en códigos penales nacionales y el apoyo a la creación del crimen internacional de ecocidio. Es muy esperanzador ver que se están produciendo todos estos cambios a nivel mundial.